La línea del teleférico de Petřín pasará a la historia y uno nuevo llegará, tras el anuncio de la Compañía de Transporte Público de Praga (DPP) en un comunicado de prensa. A la infraestructura existente le quedan un máximo de cuatro a cinco años de servicio, con un mantenimiento sin tregua.

El servicio se ha interrumpido dos veces en la historia, la primera poco después de la fundación de Checoslovaquia, y la segunda vez década de 1960.

Hay que recordar que las vías actuales y las dos cabinas datan de la primera mitad de la década de 1980.  Aunque los bastidores fueron fabricados en 1931 y reacondicionados para las cabinas actuales. Y aunque se estimó una vida útil de 20 años, ya llevan más de 40 años dando guerra.

El Ayuntamiento de Praga y DPP planean anunciar el concurso de diseño para el nuevo aspecto de los coches. Los resultados deberían conocerse a finales de este año. Y su inauguración se estima como muy pronto a finales de 2023. Con las nuevas cabinas que deberían tener una vida útil de 30 años.

La renovación de las vías y la compra de nuevas cabinas permitirán un sistema de frenos de emergencia más moderno. Se mejorará el drenaje de agua de la pista. Se reducirá el mantenimiento regular, lo que supondrá un ahorro económico y un menor tiempo de inactividad.

Los costes estimados de la renovación de las vías y la compra de coches nuevos son de aproximadamente 210 millones de coronas checas. Como parte del proyecto, está prevista la preparación para el acceso sin barreras al teleférico.

La producción de automóviles nuevos, incluidas las pruebas, llevará aproximadamente un año y medio. Mientras que la renovación de las vías tardarán entre seis y ocho meses, durante los cuales el teleférico actual no funcionará. En este momento el teleférico de Petřín pasará a la historia, sustituidos por unos más modernos.